Tras la pérdida de un ser querido, muchas personas caen en una profunda tristeza debido al duelo, especialmente cuando es una pérdida inesperada. Y es en situaciones así, cuando se les dificulta volver a su rutina habitual, lo que puede con llevarlos a sufrir ansiedad, depresión, entre otros padecimientos.
Aunque volver a la rutina puede ser un proceso largo que requiere constancia y determinación, no significa que sea imposible.
Pida y acepte ayuda
Los amigos y los familiares querrán ayudarlo, pero es posible que no sepan qué necesita o cómo preguntar. Sea específico en cuanto a sus necesidades y haga una lista de tareas que otros pueden ayudarle realizar.
Tómese tiempo cuando tome decisiones importantes
Los días y meses posteriores a la muerte de un ser querido están llenos de emociones. Los expertos en salud mental sugieren esperar al menos un año antes de tomar cualquier decisión importante, como mudarse o cambiar de trabajo.
Por eso, antes de accionar haga una lista de tareas y/o deseos y determine cuáles se deben hacer de manera inmediata y cuáles pueden postergarse.
Obtenga ayuda para manejar cuestiones financieras y legales
Las numerosas tareas financieras y legales que siguen a la muerte, a menudo, parecen abrumadoras. Si es posible, hable con un experto en asuntos legales o financieros, como un abogado o un contador. Estos servicios pueden ayudarle a planear su presente y su futuro.
Obtenga asesoramiento antes de volver al trabajo
Si retoma el trabajo después de un largo tiempo o si va a comenzar en un nuevo empleo, analice hablar con un profesional de la psicología, este puede ayudarlo a canalizar sus emociones y que estas no le afecten en su rutina laboral.
Únase a un grupo de ayuda
Los grupos de ayuda ofrecen la oportunidad de hablar con otros que comparten sus sentimientos y experiencias. Es probable que otras personas que han perdido a un ser querido hayan experimentado muchos de los mismos cambios que usted atraviesa y pueden ofrecerle apoyo emocional y consejos prácticos a medida que se adapta.
Volver a la rutina después de la pérdida de un ser querido puede ser un desafío abrumador, sin embargo, es un proceso necesario para la sanación. A medida que avanzamos, es importante recordar que el duelo no tiene un plazo definido y que cada persona tiene su propio ritmo.
Aceptando nuestras emociones, buscando apoyo y estableciendo una nueva normalidad, podemos encontrar consuelo y fuerza para reconstruir nuestras vidas mientras honramos el legado de nuestro ser querido.
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