82 años
Pensé que serías eterno, o al menos en mi mente siempre vivirás de esa manera. Nunca imaginé que llegaría el día en que tuviera que decirte adiós, sin embargo partiste de este mundo una fría noche y desde ese momento mi universo cambió.
Te fuiste de mi lado y nada volverá a ser como antes, pero tengo que comprender que emprendiste un vuelo hacia un lugar lleno de paz, un lugar en el que por fin disfrutarás del descanso después de haber vivido tantos años.
Para mí siempre serás eterno.
Tal vez no puedo hablarte o tocarte como antes, pero sé que me escuchas, donde quiera que te encuentres. Sé que a pesar de la distancia aún continúas apoyándome y sintiéndote muy orgulloso de todos mis logros. Es por eso que quiero agradecerte unas cuantas cosas.
Quiero agradecerte por cada palabra y consejo, porque así demostrabas la sabiduría que habías adquirido con los años, eso sin duda es el mejor legado que pudiste dejarme. Gracias por transmitirme el amor y jovialidad que sentías por la vida, ahora sé que puedo disfrutarla a cada momento y que debo poner una sonrisa ante los problemas. Gracias por enseñarme a ser joven en el corazón. Jamás olvidaré cuando me compartías cada momento de tu vida.
Siempre en nuestros corazones Papá Lupe.
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